lunes, 7 de marzo de 2011

Huellas. Noticias del Trópico 46

NOTICIAS DEL TRÓPICO
El newsletter de Lorenzia, año 13, núm. 46, 7 de marzo, 2011.
http://noticiasdeltropico-lorenzia3.blogspot.com/


Huellas

Quizá la vida sea un ir dejando huella en la vida de los demás, y recibiendo a la vez su impronta en la nuestra, a veces como suave marca, a veces a golpe de cincel. La huella que ha dejado Tere Gamboa se hizo a base de paciencia, perseverancia, sabia insistencia, sin quitar el dedo del renglón. Huella fuerte y decisiva, tesonera, como su carácter. Es una huella que ha quedado grabada individualmente en much@s de nosotr@s; pero también fue tan profunda que tocó su entorno, cambiándolo.

Porque no cualquiera crea, prácticamente de cero, el Archivo General de un estado, en este caso de Quintana Roo, apelando tenazmente a la voluntad política y transformando la conciencia pública acerca del valor de “esos papeles viejos” como la principal fuente donde podemos vernos reflejados en el espejo del tiempo y el espacio. Su entusiasta presencia en el mundo archivístico nacional no se olvidará pronto. El sistema ordenado que contribuyó a crear en los archivos de todas las instancias públicas estatales, nos regirá por muchos años.

La Tere Gamboa que tuve el privilegio de conocer y llamar amiga, me dio su confianza en largas charlas donde se mezclaban nuestras inquietudes, historias personales, logros laborales y proyectos futuros. Con ella tengo, además, una enorme deuda profesional. Gracias a su invitación, participé en el Voluntariado Cultural, una experiencia de difusión de la historia de Quintana Roo a principios de los años 90, que nos llevó a un grupo de interesad@s en el asunto, a viajar por el estado y compartir con gente de todas las edades, en escuelas y casas de la cultura, nuestra percepción de la tierra adoptiva.

Asimismo, no podría haber escrito Hierofanía combatiente, de no haber sido por la oportunidad única que Tere me ofreció de acompañarla a revisar el acervo de Quintana Roo en un archivo de tan difícil y restringido acceso como el de la Defensa Nacional. Nos dimos cita diariamente durante casi dos semanas para reproducir en una grabadora aquellos documentos, y mientras Tere se dedicaba a las series de 1902 en adelante, especialmente el periodo de la Revolución, yo me sumergí en los informes, partes de guerra, oficios, cartas, telegramas y mapas del siglo XIX. Gracias a esta invitación de Tere, pude asomarme por una ventana desconocida a aspectos nunca estudiados de la Guerra de Castas.

Por más que la muerte sea parte de la vida – o quizá la vida sea tan sólo un paréntesis de la muerte – cuando ocurre es siempre un golpe y una sacudida, un preguntarse por qué, una profunda sensación de pérdida y vacío. Así me siento ante tu muerte, querida Tere, querida amiga. Dejas un hueco lleno ya de nostalgia.